¿Procrastinas demasiado?
¿Con frecuencia has llegado a sentir que eres un fraude?
¿Sientes miedo o te paralizas al hablar en público?
¿Minimizas todos tus logros y no te das el mérito que te mereces?
¿Le das mucha importancia a lo que piensen los demás de ti?
Has pensado que es mejor no hacer nada antes de llegar a ser juzgad@?
Si te has identificado con 2 o más de las anteriores preguntas, puedes estar luchando contra el Síndrome del Impostor